Buenos Aires, 8 de mayo de 2018. En las últimas semanas, las condiciones internacionales, sumadas a algunos factores locales, generaron una situación de inestabilidad en el mercado cambiario. El menú habitual de opciones con que cuentan los bancos centrales frente a episodios de este tipo incluye permitir un deslizamiento del tipo de cambio, realizar intervenciones cambiarias para evitar una sobrerreacción del mismo y aumentar la tasa de interés para moderar el impacto inflacionario.
La decisión inicial del Banco Central de la República Argentina (BCRA) fue la de apelar a las intervenciones cambiarias para contener la depreciación del peso, con el objetivo de garantizar el proceso de desinflación. Con el correr de los días, y en la convicción de que los movimientos observados reflejaban un shock más profundo sobre los mercados emergentes y no un episodio aislado de volatilidad en los mercados financieros, el BCRA fue reduciendo la magnitud de sus intervenciones y permitiendo un deslizamiento mayor del tipo de cambio.
Al mismo tiempo, el BCRA incrementó la tasa de política monetaria en 1275 puntos básicos, hasta que alcanzó un 40% el 4 de mayo, con el fin de preservar el proceso de desinflación. El corredor de pases de 7 días fue ampliado hasta quedar el pase activo en 47% y el pasivo en 33%. La amplitud excepcional del corredor tuvo el objetivo de permitir que el rendimiento de los activos domésticos pudiera moverse más libremente para responder a shocks de alta frecuencia.
Para garantizar la transmisión de la tasa de política al resto de las tasas del mercado, la autoridad monetaria operó en el mercado secundario de sus Letras.
Dada la situación fuera de lo común, y el uso de herramientas excepcionales, el Banco Central considera apropiado compartir su visión sobre el futuro próximo y sobre el manejo de su política.
1. El BCRA reafirma su régimen monetario basado en el uso de la tasa de interés como instrumento, dentro de un esquema de tipo de cambio flotante que permite absorber shocks (especialmente de origen externo), con intervenciones excepcionales en el mercado de cambios cuando juzgue que existen dinámicas disruptivas que puedan alterar el curso de la desinflación.
2. En la medida en que la inestabilidad de los mercados se modere, el Banco Central normalizará su esquema operacional, volviendo a un corredor de pases más angosto que permita transmitir de manera automática la tasa de política al resto de las tasas de interés.
3. Respecto al nivel de la tasa de referencia, el Banco Central considera que, al ubicarse la inflación por encima de lo proyectado en lo que va de 2018 y al enfrentarse un escenario de mayor inestabilidad de los mercados emergentes, se requiere para el futuro próximo un nivel de tasas reales de interés significativamente superior al observado antes de los últimos cambios.
Los indicadores de alta frecuencia muestran una mejora en mayo en la evolución subyacente de la inflación, a lo que se sumará una desaceleración en el componente de regulados. Por otro lado, el Relevamiento de Expectativas de Mercado mostró para 2018 un aumento de 20,3% a 22% en la inflación general y de 18,1% a 19,8% en la inflación núcleo. Si bien no puede descartarse algún efecto sobre los precios locales producto de la depreciación del peso frente al dólar, debe tenerse presente que muchos socios comerciales de la Argentina también depreciaron sus monedas frente a la norteamericana, lo cual modera el impacto.
Considerando toda la información anterior, el BCRA decidió mantener la tasa de política monetaria en 40%. En cuanto al corredor de pases, las tasas a 7 días se mantienen en 47% para el pase activo y 33% para el pase pasivo, mientras que las tasas a un día se mantienen en 57% para el pase activo y 28% para el pasivo.
El Banco Central conducirá su política monetaria para alcanzar su meta intermedia de 15% en 2018.
08 de mayo de 2018