A lo largo del año el sistema financiero operó sin disrupción en sus funciones de intermediación y provisión de sistemas de pagos, manteniendo elevados márgenes de cobertura de liquidez y de solvencia. Los medios de pago electrónico se expandieron durante 2022 acompañando la mayor demanda por parte de las personas usuarias y el creciente impulso generado desde el BCRA.
A lo largo de 2022 las transferencias inmediatas (TI) de fondos crecieron 18,2% en términos reales (99,8% i.a. en cantidades). Se estima que el monto operado en TI en el cierre de 2022 (últimos tres meses anualizados) fue equivalente a 48,5% del PIB, creciendo 7 p.p. i.a. En el año también fue destacado el desempeño de los ECHEQs, que aumentaron 22,9% en términos reales (42,9% i.a. en cantidades). De esta manera, se estima que los ECHEQs (último trimestre de 2022 anualizado) representaron 14,6% del PIB, incrementándose 2,9 p.p. i.a.
En diciembre el saldo de crédito al sector privado en pesos se redujo levemente en términos reales (+4,6% nominal), acumulando una disminución de 12,5% real interanual. En 2022 la Línea de financiamiento para la inversión productiva de MiPyMEs (LFIP) resultó la principal herramienta para impulsar el crédito a las MiPyMEs: se estima que el saldo de la LFIP alcanzó a $1,2 billones a fin de año, siendo equivalente a 13,5% del saldo de crédito al sector privado (+1,7 p.p. i.a.).
En el marco de factores estacionales, en diciembre el saldo de los depósitos en pesos del sector privado aumentó 4% real (+9,3% nominal), con incrementos en las cuentas a la vista (+5,6% real) y a plazo (+2,2% real). El saldo de depósitos a plazo fijo tradicionales (sin cláusula de ajuste) acumuló cinco meses consecutivos con tasas de variación real positiva, recogiendo el efecto del proceso de normalización de la estructura de tasas de interés. En términos interanuales el saldo real de los depósitos en pesos del sector privado acumuló un leve incremento (+1,1%) explicado fundamentalmente por el desempeño del segmento a plazo.
En diciembre el ratio de irregularidad del crédito al sector privado se situó en 3,1% a nivel sistémico, 1,2 p.p. por debajo de fines de 2021. La reducción interanual se vio reflejada tanto en el segmento de crédito a empresas como a familias. El sistema financiero finalizó el año con elevados niveles de previsionamiento, equivalente a 4,1% del saldo de crédito total al sector privado y a 131,1% de las financiaciones en situación irregular.
A fin de diciembre de 2022 el sistema financiero registró elevados indicadores de liquidez desde una perspectiva histórica. Los activos líquidos en sentido amplio totalizaron 72% de los depósitos tota-les al finalizar el año, levemente por debajo del nivel observado a fin de noviembre de 2022 y 3,3 p.p. superior respecto a fines de 2021. Este nivel del indicador se ubicó 19,5 p.p. por encima del valor promedio de los últimos 10 años.
Los indicadores de solvencia se ubican en los niveles más elevados de los últimos 10 años. La integración de capital del agregado del sistema financiero totalizó 29,6% de los activos ponderados por riesgo (APR), 3,4 p.p. y 11,2 p.p por encima de fines de 2021 y del promedio de los últimos 10 años, respectivamente. Sobre el cierre del año el ratio de apalancamiento —en función de los lineamientos sugeridos por el comité de Basilea— continuó superando ampliamente los mínimos normativos (14,6% para el sistema financiero frente a un mínimo de 3%) y aumentó con respecto a un año atrás (+1,6 p.p.).
En 2022 el conjunto de entidades financieras registró resultados totales integrales en moneda homogénea equivalentes a 1,9% del activo (+0,7 p.p. i.a.) y a 10,9% del patrimonio neto (+3,7 p.p. i.a.).
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Jueves 23 de febrero de 2023