En el contexto de una severa crisis de endeudamiento, una macroeconomía con fuertes desbalances y ante una situación social acuciante, el país debió diseñar su estrategia de respuesta frente al COVID-19 a través de los instrumentos disponibles en una economía en emergencia y sin acceso al mercado internacional de crédito.
La irrupción de una pandemia sin precedentes y de duración todavía incierta, obligó a replantear las prioridades de política. En ese contexto, la asistencia financiera del BCRA al Tesoro y el impulso al crédito se transformaron en piezas fundamentales dentro de una estrategia sanitaria y económica de emergencia que se propuso evitar que la crisis dejara tras de sí secuelas permanentes sobre una economía ya fuertemente golpeada.
Los principales indicadores de actividad señalan una concentración de los efectos de la pandemia en el segundo trimestre, mientras que se observa una recuperación gradual y heterogénea de la actividad en el tercer trimestre del año.
El país encaró de manera exitosa un proceso de reestructuración de la deuda pública que se encontraba en una posición insostenible. No obstante, se ha generado en el mercado de divisas un comportamiento de expectativas que es necesario atender en lo inmediato.
Por todo lo dicho, el BCRA presenta una actualización de sus lineamientos enunciados el 27 de enero pasado, adecuando el diseño de la política monetaria a las condiciones económicas prevalecientes.
En un contexto en el que se registran tensiones en el mercado de cambios, se acrecienta la relevancia de la política monetaria como instrumento de estabilización financiera y externa. El BCRA redoblará sus esfuerzos en pos del desarrollo de instrumentos de ahorro e inversión que permitan a los argentinos obtener rendimientos positivos no solo respecto de la evolución de la inflación, sino también en relación a la evolución del tipo de cambio. En este sentido, se procurará armonizar progresivamente las tasas de referencia de los instrumentos de política monetaria, minimizando el impacto sobre el costo de esterilización.
Por otro lado, la mencionada necesidad de responder a las demandas de la pandemia ha generado un incremento importante de la liquidez. El BCRA monitorea atentamente la evolución de los agregados monetarios y actuará a través de las herramientas disponibles.
Además, en el marco de los favorables resultados obtenidos en materia de normalización de la deuda pública, el BCRA utilizará su capacidad de intervención a través de operaciones de mercado abierto, a los efectos de auspiciar una mayor liquidez, profundidad y transparencia de los mercados de deuda soberana, en vistas de apuntalar el comienzo de una nueva etapa en la que el mercado de capitales local asuma una importancia creciente en la estrategia de financiamiento del sector público.
En la actualidad, el nivel del tipo de cambio se encuentra en un nivel competitivo. El tipo de cambio real multilateral se ubica por encima de su promedio histórico, al tiempo que la balanza comercial acumula un importante superávit, ratificado también por el resultado positivo de la cuenta corriente del balance de pagos.
Se reafirma la estrategia de sostenimiento de la estabilidad del tipo de cambio real, que se considera en línea con el objetivo de acumulación de reservas internacionales. En el marco de la estrategia de flotación administrada, el ritmo de depreciación diario se adecuará en forma gradual a las necesidades de la coyuntura, de modo de evitar efectos no deseados sobre la competitividad, los precios internos, la evolución de los activos y pasivos y la distribución del ingreso.
En un contexto signado por la escasez, las regulaciones sobre el mercado de divisas buscan evitar desequilibrios temporales que pudieran afectar la posición de reservas internacionales. Las mismas son un instrumento necesario para la coordinación de las decisiones individuales mientras se avanza en la mejora de la situación fiscal, externa y monetaria. Se trabajará activamente en esta coordinación durante la transición para evitar los impactos negativos sobre la actividad productiva.
Se busca en el mediano plazo regulaciones macroprudenciales compatibles con la dinamización de los flujos de capitales orientados a la economía real.
Para morigerar el impacto económico de la pandemia, el BCRA puso en marcha un conjunto de instrumentos de crédito, cuyos resultados han permitido un inédito crecimiento del financiamiento a pequeñas y medianas empresas. La normalización del nivel de actividad que comienza a evidenciarse en algunas regiones y sectores, permitirá paulatinamente reducir y focalizar los esfuerzos de asistencia crediticia a tasas reales negativas, adaptándose a las necesidades de la nueva etapa.
Jueves 1 de octubre de 2020.