Esta publicación trimestral tiene como objetivo analizar la coyuntura económica nacional e internacional, evaluar la dinámica inflacionaria y sus perspectivas, y explicar de manera transparente las razones de las decisiones de la política monetaria.
• La economía argentina se expandió 10,3% en el año 2021, significativamente por encima del esperado inicialmente, y el empleo registrado alcanzó niveles máximos históricos de ocupación en términos desestacionalizados.
• En este entorno macroeconómico más dinámico, durante el primer bimestre del año la inflación volvió a acelerarse. El mayor dinamismo de los precios se verificó en un contexto de recomposición de los márgenes de comercialización de ciertos sectores, reapertura de las paritarias salariales y de expectativas de inflación más elevadas como resultado de las mayores presiones cambiarias asociadas a la incertidumbre financiera generada por entrar en una etapa de definición de la negociación con el FMI por un nuevo acuerdo sobre la deuda con el organismo. Al escenario de elevada inercia inflacionaria se sumaron las desfavorables condiciones climáticas domésticas y el significativo aumento de los precios internacionales de las materias primas agrícolas, la energía y las manufacturas globales, que presentaron una aceleración ante el conflicto entre Rusia y Ucrania desde fines de febrero.
• Una condición necesaria para reducir los niveles de inercia inflacionaria es mantener un proceso de acumulación de reservas que disipe los riesgos de crisis de balanza de pagos y saltos abruptos del tipo de cambio, anclando de este modo las expectativas cambiarias. Así, con el objetivo de fortalecer la posición de reservas internacionales, se modificó el ritmo de depreciación para llevarlo gradualmente a niveles más compatibles con la tasa de inflación doméstica.
• El acuerdo de Facilidades Extendidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que permite refinanciar la deuda asumida en el acuerdo Stand By de 2018, contribuirá a reducir la incertidumbre cambiaria y anclar las expectativas de devaluación, contribuyendo al descenso gradual de la inflación durante lo que resta de 2022.
• El BCRA reconfiguró sus instrumentos de política monetaria para acompañar el proceso de recuperación y reforzar la estabilidad monetaria, cambiaria y financiera. Se elevó la tasa de interés de referencia en dos oportunidades, llevándola desde 38,0% n.a. (45,4% e.a.) hasta 42,5% n.a. (51,9% e.a), se readecuó el límite a las tenencias de LELIQ a 28 días (focalizando la señal de tasa de interés de política en dicho instrumento), se crearon nuevos instrumentos con el fin de incrementar el plazo promedio de la esterilización y se elevaron las tasas mínimas de interés para los depósitos a plazo fijo. El incremento en la tasa de interés de política monetaria busca propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local, de modo de impulsar la demanda de pesos.
• Las colocaciones a plazo fijo finalizaron el 2021 con un saldo a precios constantes y ajustado por estacionalidad en niveles próximos a los máximos desde 2003. Como porcentaje del PIB, los depósitos a plazo del sector privado cerraron el año 2021 con un registro de 6,4%, ubicándose 0,9 p.p. por sobre el registro medio verificado entre 2010 y 2019, acelerándose en los primeros meses del año en curso.
• El BCRA continuará calibrando la liquidez de la economía, esterilizando eventuales excedentes, para contribuir a preservar el equilibrio monetario. La expansión primaria vinculada al sector público se ubicó durante 2021 en niveles sensiblemente menores a los del año 2020, reflejando valores respecto del PIB similares a los de años previos, y en lo que va del año ayudó a contraer liquidez en el mercado. El saldo de pasivos remunerados se ubicó en torno a 9,7% del PIB a fines de 2021. Dado el crecimiento proyectado de la demanda de base monetaria para el año en curso, se estima que, por cada 1 p.p. de aumento de tasas de interés de política monetaria, los pasivos remunerados aumentarían en 0,07 p.p. del PIB. Aun contemplando este efecto, en un contexto de menores necesidades de esterilización, durante 2022 los pasivos remunerados se reducirán en relación con el PIB.
• La demanda de crédito comercial se canalizó en gran parte a través de la Línea de Financiamiento para la Inversión Productiva (LFIP) a MiPyMEs. Durante 2022 el Banco Central continuará estimulando la oferta de crédito al sector privado. La LFIP seguirá siendo el principal vehículo para canalizar el crédito productivo a las MiPyMEs bajo condiciones financieras favorables.
Lunes 21 de marzo de 2022.