Medios de pago electrónico

Política de pagos

El Banco Central es el encargado de organizar el sistema de pagos del país, tarea que implica tanto definir políticas relacionadas con el dinero en efectivo, su diseño, impresión, distribución y destrucción como aquellas políticas orientadas a impulsar los diferentes medios de pago, como los electrónicos.

Efectivo

El dinero, en cualquiera de sus formas (dinero “mercancía”, “representativo” o “fiduciario”), tiene tres funciones: es un medio de intercambio, es decir, un medio de pago con un valor en el que las personas confían; es una unidad de cuenta que permite expresar el precio de los bienes y servicios; y es un depósito de valor. Las economías contemporáneas utilizan el dinero fiduciario (fiat), que es la moneda declarada de curso legal y emitida por un banco central. Se denomina dinero en efectivo al circulante en forma de billetes y monedas.

La forma en que las personas realizan los pagos en nuestro país viene experimentando un importante cambio hacia un mayor uso de los medios electrónicos, un proceso que ha sido potenciado de forma decidida por el Banco Central a través de medidas y programas innovadores y de gran impacto.

Mientras avanza el proceso de digitalización de los pagos, el Banco Central puso en circulación billetes y monedas de mayor denominación que permitirán mejorar la experiencia de pago de productos y servicios y el funcionamiento de los cajeros automáticos junto con la optimización del traslado del efectivo. Los billetes mencionados integran las familias “Animales autóctonos de la República Argentina” y “Heroínas y héroes de la Patria”. Asimismo, y atendiendo adecuadamente la demanda de las entidades financieras y la ciudadanía, se emitieron nuevas monedas que forman la familia “Árboles autóctonos de la República Argentina”.

Además, el Banco Central tomó diversas acciones para mejorar la utilidad y calidad de los billetes y monedas en circulación: como el desarrollo de un plan de destrucción de billetes en mal estado y la generación de un mercado para el efectivo, de manera que las entidades financieras puedan volcar su oferta de efectivo excedente o cubrir su demanda de efectivo faltante, sin que los billetes y monedas en circulación tengan que pasar por el Banco Central. Este mecanismo no sólo es más eficiente para el sistema en su conjunto, sino que implica un ahorro significativo para la entidad, ya que son las propias entidades financieras las que deben encargarse de ubicar el efectivo que ofrecen o conseguir el efectivo que necesitan.