1 | Es importante considerar cuáles son las necesidades de productos financieros para evitar pagar por servicios que no se van a utilizar. Ejemplo: quien no suele manejarse con cheques, no necesita un paquete con cuenta corriente.
2 | Es recomendable analizar individualmente cada uno de los productos que integran el paquete, para determinar si se adecúan a tu perfil de comportamiento. Ejemplo: si la tarjeta de crédito es nacional o internacional.
3 | Es importante tener en cuenta para evaluar correctamente el paquete a elegir conocer los costos adicionales de cada producto, especialmente en las tarjetas de crédito (costos de renovación, seguros). Estos suelen ser determinantes en el precio final.
4 | Comparar el precio del paquete con la suma de los costos de la contratación individual de los productos que utilizarías.
5 | En el caso de los descuentos y beneficios especiales asociados a la utilización de una tarjeta de crédito o débito, analizar si están dentro de tu perfil de consumo.
6 | Si se cobran las extracciones cajeros en de otras entidades o de otras redes, verificar la disponibilidad de los cajeros propios de la entidad en su zona de influencia, (cerca del trabajo, el hogar, etc.).
7 | Considerar los límites de financiación incluidos en los distintos instrumentos financieros: tarjetas de crédito, adelantos en cuenta corriente y préstamos preacordados.
8 | Un tema importante a tener en cuenta son las diferencias de tasas de interés, tanto a percibir como a pagar.
9 | Analizar las cargas y reintegros impositivos propios de la utilización de los productos financieros que incluye. Por ejemplo: impuesto al cheque, ingresos brutos o devolución parcial de IVA por compra con tarjeta de débito.
10 | Tener en cuenta los riesgos ante incumplimientos en las condiciones estipuladas en cada uno de los instrumentos. Por ejemplo: la demora del pago de la tarjeta de crédito, genera intereses punitorios. Otro ejemplo: si el paquete incluye adelantos en la cuenta corriente, ellos tienen un costo en términos de intereses.